4 sept 2007

A QUIEN DEBES CONOCER ANTES DE ENCONTRAR A TU HOMBRE IDEAL...

A quién debes conocer antes de encontrar a tu “hombre ideal" Abróchate el cinturón y prepárate para un viaje turbulento. Estás a punto de pasar un mal trago. Si crees que ha llegado la hora de que tu príncipe azul entre por la puerta, antes necesitas echar un vistazo a tu pasado y a todas esas ranas que has tenido que besar. De hecho, algunos psicólogos insisten en que hay exactamente nueve tipos de amores equivocados que cada chica debe vivir antes de encontrar al único y verdadero. Puede que no hayas alcanzado la cifra mágica, pero seguro que en tu vida has contabilizado, al menos, tres grandes fracasos. Así que si quieres saber qué es lo que realmente buscas en un hombre, bucea un poco en tu historia sentimental y saca las conclusiones pertinentes. ¿Lista para la inmersión? 1 Mr. Increíble Tiene un aire a lo George Clooney y a su lado te sientes la mujer más feliz del mundo. Lógico; es taaaaaaan atractivo… Después, cuando te deja (porque lo hará, no falla), te ves fea, gorda y –lo peor–, llena de inseguridades. A Blanca, una de nuestras lectoras, sólo se le ocurrió una forma de superar tan irreparable pérdida… “Comer chocolate. En cuanto Raúl me dejó empecé a devorar tabletas y tabletas. Debí de engordar unos diez kilos en cuestión de tres meses.” No te desesperes y convéncete de que Mr. Increíble sólo te hará sentir como una basura si ya pecabas de falta de confianza antes de conocerle. Aprende de la experiencia y déjalo atrás, sobre todo porque este hombre puede ser flor de un día, pero la adicción al chocolate, querida, es para siempre. 2 El hombre “maduro” Ruth lo define muy bien: “Yo tenía 21 años y Manu 36. Prefería salir con chicas jóvenes porque no se entendía con la gente de su edad. Imagino que necesitaba a alguien fácilmente impresionable, que se quedara obnubilada viéndole jugar al paddle o demostrar lo mucho que sabía de vinos”. Es cierto. El hombre maduro no busca una igual. De hecho, enseguida te dejará por otra más joven. Pero, en el caso que nos ocupa, fue Ruth quien dejó a Manu. ¿La excusa? Ella quería acabar Derecho y opositar a juez y él estaba empeñado en que Ruth abandonara los estudios y empezara a trabajar con él en su negocio de restauración. Años más tarde, se volvieron a encontrar. Manu seguía jugando aceptablemente al paddle, había ampliado su cultura enológica y salía con una estudiante de Bellas Artes de ¡19 años! La vida sigue igual… 3 El soltero recalcitrante Una joya: guapo, divertido, con un trabajo que para sí quisieran muchos… demasiado bueno para ser verdad. Y es que a priori este chico parece tu sueño hecho realidad; un sueño que mutará en pesadilla en apenas tres meses. De hecho, el soltero recalcitrante de María apenas le llegó al mes y medio. “Pablo era publicista, vivía en un ático maravilloso en pleno centro de Madrid y conducía un Mercedes todoterreno con los cristales tintados. Por aquel entonces yo tenía 31 años y nunca había conocido a un hombre tan perfecto. Me parecía todo tan bonito que me resistí a tener sexo con él en la primera cita para mantenerle intrigado e ir enganchándole poco a poco. El problema es que Pablo es de los que no se dejan enganchar.” “Un día me telefoneó al trabajo –continúa María–. Me dijo que había conocido a otra chica que le gustaba más. Así, tal cual, sin anestesia. Durante un tiempo guardé como reliquias todo lo que él había tocado: los discos que le gustaban, sus bombones favoritos…” El soltero recalcitrante es atractivo porque parece tenerlo todo bajo control. Y es ahí donde radica el problema. Te convence de que para él sólo existes tú hasta que, si tienes suerte, un día descubres un sujetador que no es el tuyo en el cesto de la ropa sucia. Y hablamos de suerte porque al menos así tendrás un motivo para dejarlo tú antes de que sea él quien te rompa el corazón. 4 El colega Confiésalo: saliste con él sólo porque estaba disponible. Jamás se lo presentarías a tus padres ni a tus compañeros de trabajo. No es el hombre de tu vida; sólo pasaba por allí. Clara lo cuenta así: “El mío se llamaba Román. Ambos sabían que lo suyo nunca iba a llegar a buen puerto. Años después, Clara todavía se resiste a incluirlo en su lista de ex. Por algo será… 5 El lapa Este chico te adora y vive por ti y para ti. Te envía flores, te baja películas de internet y hasta te compra ropa. En la primera noche ya te propone una comida con su familia y te dice aquello de que quiere que seas la madre de tus hijos. Y cuidado, porque no bromea. Va tan en serio que te seguirá a todas partes cual perrito faldero. Justo lo que le ocurrió a Mónica con su novio de la universidad. “Diego era un poquito pelma, la verdad. No me dejaba ni a sol ni a sombra. Al final, tuve que pedirle a uno de mis amigos que le dijera que me había visto enrollándome con otro. Diego se ofendió muchísimo y ni siquiera me pidió explicaciones; simplemente dejó de hablarme.” Aprende la lección y envía tu mensaje alto y claro aunque debas prescindir de esa ropa tan estupenda que el bueno de tu novio te compraba a golpe de tarjeta. Efectos colaterales, ya sabes. 6 El desvalido Pobrecito. Sin duda, el amor de tu vida hasta que su sucesor entró por la puerta. Lorena, nos cuenta que “su” Antonio “era un hombre bastante complicado, aunque tardé tiempo en darme cuenta. Al parecer, arrastraba algún trauma infantil y yo era la primera novia formal que ostentaba tal título en 29 años de vida. Inocente de mí, pensé que el cariño que sentía por él podría curar todas sus heridas. No me daba cuenta de que era un inmaduro incapaz de mantener una relación sana”. Lógicamente, toda mujer que pase por una experiencia así quiere adjudicarse el papel de salvadora. Pero sólo conseguirá su objetivo si su pareja quiere ser salvada. Un consejo: dedica tu energía a alguien que de verdad aprecie tus esfuerzos. 7 El yogurín Guapo y sin malear, este chico tiene una energía sexual envidiable. A los 33 años, Sofía se enamoró de Teo, un chaval de 20 con aire de rockero incomprendido. En la cama resultaba hasta agotador, pero salir con alguien tan condenadamente guapo (¡y joven!) puede tener sus incovenientes. Para empezar, es un subidón que un chaval así se fije en una mujer bastante mayor que él. Y recalcamos lo de “para empezar”, porque la cosa se complica a medida que la relación avanza y se acaban los temas de conversación. Eso sí, para pasar un rato, digamos, entretenido, está mejor que bien. 8 El juerguista “Conocí a Andrea, un italiano imponente, en Ibiza durante el verano de 2006 –cuenta Cristina–. Lo típico. Noches de juerga, amaneceres en la playa y mucho chill out. Todavía le echo de menos. Incluso añoro ese tatuaje tan especial que tenía en… bueno, ahí.” El juerguista es, sin duda, el tipo más divertido de la Tierra. El problema es que no parece digno de confianza y, sobre todo, que hay que recordarle que se ponga un condón. Siempre. Así que si te topas con uno, sácale el mayor partido, pásalo bien y, por favor, toma precauciones. 9 El supervitaminado Enhorabuena, has topado con Super Ratón. Este tipo es un adicto al gimnasio y la primera noche que pases en su casa descubrirás que su nevera es un templo de la vida sana: comida biológica, botes de proteínas, alimentos ricos en vitaminas y minerales… ¿Nuestro consejo? Bájate en la gasolinera más cercana, cómprate unas barritas de chocolate y echa a correr. Salir con un muchacho tan sanote es como hacerlo con una adolescente aquejada de problemas alimentarios. Moraleja: nunca te enredes con un hombre incapaz de hincarle al diente a una hamburguesa o unas patatas bravas.

1 comentario:

Guillo dijo...

Quedé bizco, cuanto enredo por favor! ¿Será así ó son solo malas experiencias? Desde ya la/el ideal no existe. ¿No es más fácil ó menos complicado amar a la persona que uno quiere, con quién sea feliz? En vez dar tantas vueltas relacionando experiencias ajenas con posibles propias. Una de las cosas que tiene de linda la vida es justamente lo impredecible, uno puede planificar ó tratar de predecir pero jamás se va a atinar el futuro solo cuando pasa un tiempo con la pareja y nota que hay suficiente incompatibilidades como para seguir ó ser "el ideal" de la novia/o.
Mi humilde opinión.

Besos y hasta pronto