8 mar 2008

5 problemas INTIMOS muy comunes...

Llevas una temporada saliendo con tu chico y su vida sexual es buena. Perfecto, porque no todo el mundo es así de afortunado. De hecho, en una encuesta a través de internet, el 60% de los lectores confesó haber tenido problemas en la cama con su pareja. ¿La razón principal? La falta de comunicación que lleva a no contarse las insatisfacciones dentro del dormitorio. La vergüenza y el miedo de hacer las cosas mal hacen que muchos jóvenes no se quejen y su vida sexual vaya de mal en peor. Pero los problemas sexuales tienen remedio y lo importante es aceptar que hay algo que falla entre las sábanas, localizarlo y resolverlo. Muchas veces, para tu sorpresa, se puede abordar el tema con cierta naturalidad. Hemos identificado las cinco situaciones carnalmente más comprometidas y te damos las claves para que sepas cómo superarlas con éxito. Lee con atención y reanima tu vida sexual.
1. NO TE SATISFACE AUNQUE ÉL CREE QUE SÍ Vale, de acuerdo, lo intenta, pero aún así no consigue dar con tus puntos de máximo placer ni estimularte como a ti te gustaría. O bien va muy deprisa, o muy despacio, o anda despistado y no sabe qué tecla pulsar. Eso no significa que sea torpe en la cama, es simplemente que no le has enseñado o dejado claro lo que hace bien y lo que hace mal. Muchos hombres usan las mismas técnicas que les han funcionado con otras mujeres, así que, a menos que tú le digas lo que prefieres, creerá que contigo también son válidas. Evidentemente, si le comentas algo así como Cariño, ¿oyes esos gemidos? Pues no son de placer. Finjo. le dejarás K.O. Es obvio que tienes que afrontar la situación con mucha delicadeza. Hazle creer que ha descubierto tus zonas erógenas él solito. La próxima vez reacciona como si él hubiera hecho algo diferente: Guau, eso me encanta. Y si te pregunta, enséñale cuál es la presión y el ritmo que te gusta haciéndole ver que ha dado con la llave del placer. Guíale la mano sin decir ni una sola palabra. Los hombres tienen una facilidad especial para captar este tipo de lecciones sutiles, sobre todo si las acompañas con algún gemido y ruidito que demuestre tu placer. Pero ve dando esas señales poco a poco para que no piense que no sabía nada y lo está aprendiendo todo el mismo día. Si, por las cosas del destino, estas técnicas tampoco funcionan, es evidente que tendrás que ser más directa, pero sin olvidar la diplomacia. Qué tal un: Me encanta ser yo quien esté encima, pero si me acaricias el clítoris cuando estamos en plena acción yo disfrutaría mucho más. 2. TU LÍBIDO ES MAYOR QUE LA DE ÉL El “esta noche no me apetece” es algo que puede suceder alguna vez. Pero algunas parejas sufren de biorritmos sexuales muy diferentes. Y cuando es el chico quien tiene la libido bajo mínimos, la situación es más complicada. Y sí, ocurre. Según los sexólogos, hay muchos hombres que tienen la libido más baja que la de su pareja y les cuesta admitirlo. Saber que no son capaces de dar la talla porque no tienen ganas y no cumplen con las expectativas de la chica les deja el orgullo un poco tocado. Mientras tanto, la mujer con la libido alta no hace más que pensar por qué diablos él no tiene ganas de juerga. ¿Será que no la desea? ¿Será que tiene a otra? Primer paso: descarta los problemas físicos, porque algunos medicamentos, como los antidepresivos, y algunos trastornos, como la presión sanguínea alta, pueden reducir la libido masculina. Pero si tu chico está sano puede que el origen sea el cansancio. Los hombres reaccionan al estrés de dos maneras: o son hiperactivos en la cama para liberar tensiones y ansiedad o les da por todo lo contrario. Si ves que está pasando por una mala racha, deja que transcurra el tiempo y las cosas se recoloquen. Claro que, en el caso de que vuestro problema haya existido desde el principio de la relación, tendréis que analizar cuál es la razón de que no estéis sincronizados: puede ser una educación sexual diferente, un trauma o una mala experiencia en el pasado que explique su falta de motivación. Dicho esto, también es cierto que no todo el mundo tiene las mismas necesidades. Para algunos, la norma es tener un orgasmo al día. Para otros, uno a la semana. Si no llegás a sincronizaros, acepta que sus biorritmos libidinosos os separan pero no dejes que eso les afecte. Si él no está con ganas al menos que se centre en estimularte manualmente. 3. DIFICULTADES TÉCNICAS Cuando su maquinaria funciona mal, lo último que deseas es hablar de ello. Pero escucha: los problemas sexuales masculinos, desde la eyaculación precoz hasta una disfunción eréctil, son muy comunes, incluso en los hombres jóvenes. En algunos casos hay una causa psicológica y en otros, física. La inseguridad personal, los problemas sexuales del pasado, el estrés, una dieta pobre o incluso demasiado ejercicio físico pueden reducir su capacidad sexual. Este tipo de factores suelen desaparecer con el tiempo. Si se prolongan, es entonces cuando debes acudir a un sexólogo. Aun así, cuando vuelva a ocurrir un problemilla de este tipo, no os alarmes. Entre otras cosas porque el sexo es mucho más que la penetración y tu chico puede hacerte maravillas oral o manualmente. Guíale y dale la oportunidad de comprobar que es capaz de ponerte a cien de otra forma. Y sobre todo, cuanta menos atención le prestes al pene, más fácil será que éste entre en acción. En el caso de que seas tú la del problema (sequedad vaginal, frigidez o anorgasmia) deberías acudir al ginecólogo. Puede que se deba a una infección del tracto urinario o una vaginitis. O puede que sea otro motivo, como ansiedad o inseguridad personal. Claro que, si llegas al orgasmo cuando te masturbas, puede que el origen del problema sea mental. Si la idea de acostarte con tu chico te resulta desagradable, es probable que el problema no esté en tu libido sino en el deseo que sientes hacia él. Si no lo tienes demasiado claro, tal vez deberías aceptar que lo más probable es que ese chico y ustedes funcionan mejor como amigos que como amantes. 4. HABRAS ENTRADO EN LA RUTINA Con el tiempo, el sexo nunca es igual que al principio. Durante los primeros encuentros, la pasión y el ímpetu los asaltan. Pero pasan los meses y los años y, cuando la relación está consolidada, la relación sexual es satisfactoria, sabés lo que gusta a cada uno y cómo llegar al orgasmo, pero no van más allá. Quizás es hora de reactivar la imaginación y experimentar. ¿Cómo? Cambiad de postura, de habitación o incluso de tipo de ropa para estar por casa y haced algo diferente en su tiempo libre, como ir al campo. Puede que no sea un afrodisiaco pero sacará de la rutina, elevará los niveles de endorfinas y hará que la adrenalina en la relación vuelva a correr otra vez con energía. 5. EL SEXO ES ESCASO Las primeras veces que quedas con un chico tienes la sensación de que lo único que quiere es meterse en tu cama. Pero una vez que la relación funciona y es más seria, él ya no es tan asertivo en ese aspecto, tal vez porque la rutina sexual le aburre o porque siente que ya no tiene que esforzarse tanto para llevarte a la cama. Haz un repaso a su vida sexual en común. Si él llevaba antes la iniciativa y ahora no lo hace, una de dos: o está cansado del sexo contigo o está vago. Si fuera esto último, habla con él y pregúntale qué le apetece. Tal vez otras posturas o técnicas podrían entusiasmarle de nuevo. ¿Será tímido en la cama? Verás, algunos chicos no son atrevidos porque sienten que quizás están presionando o siendo pesados. Puede que quiera sexo y no se atreva a pedirlo y mucho menos a llevarte directamente hacia él. En ese caso, tendrás que demostrarle, con palabras o con gestos, que tú también quieres acción. ¿Alguna sugerencia? Prepárale un baño de espuma o espérale desnuda sobre la cama. Quizás, cuando te vea no sea capaz de resistirse a dar el primer paso.

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