Casada a los 30...
Casada a los 30... ¡o fracasada! La idea de una vida perfectamente cronometrada está obsesionando a muchas chicas. ¡Tómalo con calma, nena! te aconsejamos... Hay algo que les ocurre a muchas mujeres cuando llegan a los veintitantos años: entran en pánico. Sienten como si se hubieran subido a un tren en marcha porque andan retrasadas. De pronto necesitan con urgencia que todo esté en perfecto orden, ya sea en su carrera, en su hogar y, desde luego, en el amor. Y cuando todas sus amigas comienzan a encontrar a ese chico especial, pero el de ellas se demora en aparecer, el pánico crece aun más. Su plan de estar casada a los 30 años y tener hijos no está funcionando. ¡Respira, niña! Sí, es muy natural querer hallar a un gran hombre, pero desvelarse porque aún no ha aparecido no te lo va a poner en la puerta de la casa mañana. “No puedes disfrutar los placeres de la vida si te impones tanta presión para dar con tu chico ideal, porque la propia preocupación te consume” “Más tarde mirarás hacia atrás y te darás cuenta de lo que te perdiste: dejaste de disfrutar unos años deliciosos que ya no regresarán”. Así que evítate eso. Queremos compartir contigo tres pasos que te ayudarán a desterrar esa inquietud y permitirán que tu vida amorosa siga el curso correcto. Confía en que lo hallarás Quizás ya te estés sintiendo miserable porque no avizoras a tu pareja perfecta en el horizonte y te han lavado el cerebro haciéndote creer que acabarás sola. Bueno, Señorita Optimista, aquí tienes un dato: “Según la Oficina del Censo de los EE.UU., el 90% de los estadounidenses se casan”, señala Jean Elson, socióloga en la Universidad de New Hampshire. De manera que descorcha el champán porque, según la estadísticas, te casarás... si es eso lo que quieres. Otra razón para pensar que tienes muy buenas probabilidades: eres tremenda mujer. “Si tienes amigos, eso quiere decir que caes bien, que eres una persona sociable”, añade Terri Orbuch, directora de Early Years of Marriage Project, de la Universidad de Michigan. Es decir, que se duplican las probabilidades de que el romance y el matrimonio estén en tu futuro. “Una vez que tengas fe en que a la larga conocerás al hombre de tu vida —hoy, mañana, el próximo mes, cuando sea—, te relajarás". “¿Y sabes qué? Es precisamente esa actitud relajada la que atrae a los hombres”. A ellos no les gustan las chicas desesperadas, sino las que se sienten muy seguras de sí mismas. Pero tienes que salir y dejarte ver Ahora que te hemos quitado un peso de encima, busca activamente a ese hombre que de veras te hará dichosa. Te aclaramos: activamente significa salir a menudo, estar dispuesta a decirles que sí a las invitaciones que te hacen y divertirte de veras haciendo cualquier tipo de actividad. Esto no quiere decir que te coloques orejeras y sólo te concentres en una posible pareja. La clave está en tomar las riendas y ponerte en el camino de las posibilidades. También es muy importante que disfrutes al máximo tu situación actual. Piensa: “Asistiré a este evento para hacer contactos porque será interesante y aprenderé algo útil; soy soltera, estoy libre esta noche, puedo ir... y si me empato con alguien buena onda, ¡fantástico!; si no, sencillamente la pasaré bien en ese sitio”. Y cuando al fin conozcas a alguien, deja tu viejo modo de pensar y de preguntarte: “¿Será este el hombre ideal para mí?” “Cuando te sometes a todo ese estrés de si él es o no el hombre de tu vida, o si tendrán futuro juntos, acabas robándole la alegría al momento”, observa Orbuch. Parecerá infantil, pero lo ideal es que trates de pasarla bien con todos los nuevos chicos que conozcas. ¿Qué importa que no sean tu alma gemela? De eso te darás cuenta después, pero ahora: diviértete con su sentido del humor o pásala superbién cenando en ese restaurante exótico al que te llevó. Y al menos finge que te interesa su conversación y mira con disimulo a ese bello ejemplar que está sentado en la mesa del frente. Evita las recaídas Incluso después de haber asumido esta nueva actitud ante la vida, los ataquitos de pánico pueden resurgir. Quizás porque otra amiga se comprometió o porque lo que sentías por un nuevo chico se ha apagado. “Es normal que tus preocupaciones de quedarte solterona reaparezcan, pero también es importante ser positiva y no dejar que te abrumen”, dice Elson. ¿Un truco para reaccionar? “Pellízcate!”, . O llama a una amiga para que te traiga de vuelta a la realidad. Castigarte así es perder el tiempo.
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