17 may 2007

Mujeres infieles... el porque?

Mujeres infieles se confiesan Logramos que varias chicas revelaran los detalles (las mentiras, el sexo prohibido, las emociones encontradas) de cómo engañaron a sus novios. Antes, era más probable que los hombres fueran los infieles. Pero ahora, las mujeres están alcanzándolos. Un creciente número de ellas es culpable de tener sexo fuera de la relación, según los terapeutas. Otra prueba: en una encuesta , el 80% de las chicas admitió haber engañado a su pareja. ¿Por qué ese aumento en la infidelidad femenina? Muchas chicas tienen sentimientos ambivalentes con respecto a sus novios. Quieren asegurarse de que han encontrado a don Perfecto, y exploran para ver si hay uno mejor que el que tienen. Y la tecnología (celulares, internet...) ha hecho más fácil que nunca tirar una canita al aire sin que te sorprendan. Para comprender mejor la situación, convencimos a varias mujeres infieles para que lo confesaran todo. VERDAD SIN CENSURA POR QUE LO HACEN “Mi novio tenía tanto trabajo, que a menudo cancelaba nuestras citas. Como se sentía culpable cuando no iba, le pedía a su mejor amigo que saliera conmigo, un disparate de su parte. Yo sentía que no le importaba, que su trabajo estaba antes que yo, y su amigo era muy atento y cariñoso. ¿Es de sorprender que empezara a acostarme con él?” —Roxy, 28 años “Estaba en un restaurante con Juan, mi novio, cuando un tipo impresionante hizo contacto visual conmigo y me sonrió. Sentí que mi cuerpo ardía y mi corazón galopaba. Nunca había tenido una conexión instantánea tan poderosa con un hombre. Cuando Juan fue al baño, el desconocido me deslizó una nota que decía: ‘Ya sé que no podemos hablar ahora, pero llámame’. Me sentí curiosa y halagada. ¿Y si era mi alma gemela? Como no hacía tanto tiempo que era novia de Juan, lo llamé”. —Abril, 23 años “Le soy infiel a mi novio cada vez que hace algo que me irrita, como sentarse todo el día en el sofá a ver fútbol. Salgo con mis amigas y me aseguro de buscar una aventura”. —Vera, 22 años “Siempre empiezo una nueva relación diciendo: ‘Esta es la verdadera. Este es el hombre al que al fin le seré fiel’. Después me siento tentada por otro que me parece más interesante. Algún día quiero casarme, pero tal vez no soy monógama por naturaleza”. —Sonia, 24 años “¿Qué puedo decir? Mi novio y yo vivimos en ciudades distantes ¡y las chicas tienen sus necesidades!” —Jossie, 25 años “Daniel, mi novio, era aburridísimo en la cama. Después de cuatro meses de relación, mi ex (un amante fantástico) me llamó para preguntarme si podíamos ser amigos. Me llevó a comer, al cine... y a su casa”. —Marisa, 26 años “Jorge y yo habíamos sido novios dos años, y yo sabía que la relación no tenía futuro. No era mi tipo. Pero era cariñoso y me gustaba tener un hombre fijo para salir. Entonces pensé que si de todos modos no iba a casarme con él, no importaba si le era infiel”. —Chelo, 23 años “Le fui infiel a mi novio porque se olvidó de mi cumpleaños”. —Pili, 22 años Patricio, mi novio, me engañó una vez y nunca lo perdoné. Así que cuando en una fiesta de la universidad vi a un chico que me gustaba desde hacía tiempo, tuvimos un affaire (él admitió que yo también le gustaba). Estaba segura de que Patricio se enteraría”. —Katy, 30 años “Siempre tuve dudas sobre mi novio, pero cuando una vocecita interior me decía que las cosas no funcionaban, no le hacía caso. Entonces conocí a Claudio y quedé fascinada. Era el hombre más bello y carismático que había visto. Yo tenía ya un pie fuera de la relación, y ser infiel me dio el impulso extra que necesitaba para romper”. —Lucía, 28 años VERDAD CENSURADA LO QUE SE SIENTE AL SER INFIEL “La primera vez, tuvimos sexo en un lugar apartado del parque. Nunca había experimentado nada igual. Sentía que era algo mal hecho y a la vez absolutamente perfecto. Ceder a un instinto reprimido por tanto tiempo fue una sensación maravillosa, como tomarse un helado después de una dieta de meses... pero mil veces mejor”. —Cindy, 24 años “El sexo estaba en una onda diferente... era salvaje y primitivo. No podíamos dejar de tocarnos. Me di cuenta de que estaba muy insatisfecha sexualmente en mi relación”. —Magda, 27 años “Tener sexo con Roberto fue algo realmente increíble. Cada vez que me tocaba, sentía que una ola me envolvía y me hacía perder el control de mi cuerpo. Pero inmediatamente después del clímax, experimenté un fuerte sentimiento de culpa”. —Janette, 27 años “Lo que me gustaba del sexo con otro era que tenía una razón legítima para hacer un dramático show al resistirme (‘No debo. Tengo novio... pero eres tan ardiente que... pero de verdad no, no debo...’). Estuvimos horas en ese delicioso limbo. No puedes usar esa táctica con tu novio. El quiere entrar en acción sin más demora”. —Raquel, 33 años “En el instante en que nos besamos, supe que había cometido un gran error. Pero ese instante ha sido uno de los más eróticos de mi vida”. —Violeta, 25 años “Tener un nuevo territorio sexual para explorar me produjo éxtasis y a la vez incomodidad. En medio de la acción, se aparecía en mi mente la cara de mi novio y lo arruinaba todo”. —Kiki, 24 años “Soy infiel con frecuencia, pero no lo disfruto. Me siento culpable. Me gusta la emoción de la cacería, pero cuando estoy desnuda con otro que no sea David, me enfermo. Tengo sexo con ellos, pero no vuelvo a hablarles”. Lucy, 23 años “Todo me parecía tan irreal, como si no fuera realmente yo la que tenía sexo con otro hombre, sino mi álter ego. Salió a flote el lado de chica mala que yo ni siquiera sabía que tenía”. —Loli, 26 años VERDAD SIN CENSURA EXCUSAS QUE USARON “Cuando mi hombre me vio en un café con otro, se lo presenté como la pareja de mi colega gay ”. —Josefina, 25 años “Supongo que mi novio piensa que tengo grandes ambiciones profesionales, porque al menos una vez a la semana le doy la excusa de que tengo que trabajar horas extra”. —Zoe, 30 años “Estaba convencida de que Leonel sabría si yo le mentía, así que hacía que mi mejor amiga lo llamara cada vez que me pasaba una noche con otro, y le dijera que estaba tan cansada que me había quedado dormida en su casa y no quería despertarme”. —Romy, 23 años “Mi novio fue a sacar algo de mi bolso, y me preguntó para qué quería condones si estaba tomando la píldora. Le dije que los estaban repartiendo en la universidad, y había tomado unos cuantos para mis amigas”.—Yanelis, 22 años “Le dije que me había inscrito en un club benéfico y nos reuníamos después del trabajo. Si le mentía, al menos que me creyera una santa”. —Lisa, 26 años VERDAD SIN CENSURALA SECUELA EMOCIONAL “Fue una mezcla de sentimientos totalmente loca. Pasé unos momentos maravillosos con Tony, como si nos escapáramos a otro universo. Aparte de eso, fue fatal para mí. Lloraba sin cesar, no podía concentrarme en mi trabajo y tuve que ir a ver a un terapeuta. El sentimiento de culpa me consumía”. —María, 29 años Empecé a enamorarme del hombre con el que me estaba acostando, pero él sólo se interesaba en mí para tener sexo. ¡Más tarde me enteré de que pensaba que yo no era buen material para novia formal!” —Francis, 24 años “ Cuando le soy infiel a mi novio, lo adulo: le horneo galletitas, lo abrazo y hago lo que me pida en la cama”. “Me sentí liberada. Me probé a mí misma que no tenía que soportar que un hombre me tratara mal, como lo hacía mi novio, porque era capaz de conseguir otro mejor”. —Eva, 29 años “¿La verdad? Me sentí egoísta, sucia, cobarde y mentirosa”. —Nely, 27 años VERDAD SIN CENSURA COMO AFECTO LA RELACION “Hacía lo imposible por ser cariñosa con Iván, mi novio. Le compraba comida camino a casa después de estar con el otro, o le daba un masaje. A veces mi amante me enviaba un mensaje al celular y yo me excitaba. Entonces, trataba de compensar a Iván y empezaba a acariciarlo o besarlo”. —Vilma, 24 años “Estar con otro me hizo ver que había muchos peces en el mar, algunos mejores presas que mi novio. Quería estar enamorada de él porque tenía un buen trabajo y metas, pero pensaba que podía conseguir a otro más interesante. Aquello no era amor”. —Rosi, 23 años “Debió haber sentido inconscientemente que algo andaba mal. Las vibras entre los dos se volvieron tensas, y peleábamos mucho”. —Vanesa, 27 años “Cada vez que le soy infiel a Benny, lo adulo: le horneo galletitas, lo abrazo, miro el fútbol con él y hago todo lo que me pida en la cama”. —Melinda, 24 años “Mi novio y yo aún tenemos una intensa conexión mental. Pero dejamos de tener sexo. Yo no podía manejar el sexo con dos hombres. Creo que sospechaba que había un problema, porque me llamaba más a menudo y parecía triste cuando nos veíamos”. —Amanda, 27 años VERDAD SIN CENSURA QUE OCURRIO AL FINAL “Ser infiel con Alex me probó lo mucho que amaba a Javier, mi novio. Una día, Alex me dijo que quería casarse conmigo y me asusté. Me di cuenta de que me gustaba por el sexo, pero no por su personalidad. Dejé de contestar sus llamadas, y un año después le confesé toda la verdad a Javier. Por suerte, me perdonó y aún estamos juntos”. —Doris, 24 años “Por un año le fui infiel a mi novio, y no pude soportarlo más. La culpa me atormentaba. En un viaje de fin de semana, le dije a mi novio que amaba a otro. Hoy, cinco años después, voy a casarme con ese ‘otro’ ”. —Nuria, 28 años ¡Qué tonta fui! Tenía un novio fabuloso, cariñoso, considerado... No sé por qué, pero me acosté con cuatro hombres en los cuatro meses que él estuvo fuera de la ciudad por su trabajo. Me aterrorizaba que se enterara, así que cuando regresó inventaba excusas para no verlo. Las cosas empezaron a ir cuesta abajo. Al fin, me dejó por otra. Todavía me arrepiento”. —Gina, 29 años “Mi ex y yo teníamos los mismos amigos, y cuando supieron que yo le había sido infiel, me excluyeron. ¡Qué mal pasé mis años universitarios!”—Titi, 23 años “Tener un affaire me dio el valor para cancelar mi boda. Le dije a mi novio que las chispas se habían apagado y que íbamos por diferentes caminos. Sé que le rompí el corazón”. —Teresa, 29 años “Cuando le dije la verdad a mi novio, me echó una mirada que nunca olvidaré, como si quisiera matarme o yo lo hubiera matado. De un modo retorcido, fue excitante verlo tan enfurecido y saber que tenía el poder de herir tan profundamente a alguien. Por primera vez, sentí que me amaba. Por desgracia, este descubrimiento no logró salvarle la vida a nuestra relación”. —Linda, 33 años.

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